Tapering: Qué es, importancia y cómo hacerlo correctamente

El tapering es una estrategia clave en la preparación de deportistas profesionales para competencias importantes. Consiste en una reducción planificada y sistemática del entrenamiento antes de un evento clave, con el objetivo de maximizar el rendimiento deportivo.

Esta guía explora en profundidad el concepto de tapering, subrayando su importancia y proporcionando orientación sobre cómo realizarlo correctamente.

¿Qué es el tapering?

El tapering representa una fase crucial en el ciclo de entrenamiento de cualquier deportista profesional, consistiendo en la reducción estratégica y meticulosa del volumen e intensidad del entrenamiento en las semanas previas a una competición importante.

Este proceso está guiado por principios científicamente validados que buscan equilibrar la recuperación física con la preservación de las adaptaciones y la forma física óptima alcanzadas a través de periodos prolongados de entrenamiento intensivo.

La esencia del tapering radica en su capacidad para facilitar una supercompensación del cuerpo, donde el descanso incrementado permite a los sistemas muscular, nervioso y metabólico recuperarse completamente de la fatiga acumulada.

Este período de recuperación no solo disminuye el riesgo de sobreentrenamiento y lesiones, sino que también prepara al atleta para rendir al máximo nivel posible durante la competición.

Al implementar el tapering, es fundamental ajustar con precisión la reducción del volumen de entrenamiento, que típicamente varía entre un 40% y un 60% del pico de carga de entrenamiento, dependiendo del deporte, la duración de la temporada y las necesidades individuales del atleta.

La importancia del tapering en el rendimiento deportivo

El tapering constituye un elemento indispensable dentro de la estrategia global de preparación de atletas profesionales, desempeñando un papel fundamental en la optimización del rendimiento deportivo.

Esta fase de la preparación no solo incide directamente en la capacidad física del deportista para competir al más alto nivel, sino que también juega un rol crítico en la preparación mental y emocional para la competencia.

Mejora cuantificable del rendimiento

La implementación adecuada del tapering puede traducirse en mejoras significativas y cuantificables del rendimiento, con estudios que demuestran un incremento de hasta el 3% en el rendimiento deportivo.

En el contexto del deporte de alta competición, donde las diferencias se miden en centésimas de segundo, este margen puede ser decisivo entre alcanzar un podio o quedarse fuera de él.

Esta mejora se atribuye a la optimización de las adaptaciones fisiológicas alcanzadas durante el ciclo de entrenamiento, incluyendo mejoras en la eficiencia muscular, la capacidad aeróbica y la potencia anaeróbica.

Beneficios psicológicos

Más allá de las ventajas físicas, el tapering ofrece beneficios psicológicos fundamentales. La reducción de la carga de entrenamiento disminuye el estrés físico y mental, permitiendo al atleta recuperarse no solo corporalmente sino también emocionalmente.

Este periodo contribuye a aumentar la confianza en sí mismo y la motivación, aspectos psicológicos clave para una actuación óptima. La sensación de estar bien descansado, junto con la confianza en el trabajo realizado, prepara al deportista para enfrentar los desafíos competitivos con una mentalidad ganadora.

Recuperación total y reducción de la fatiga

La estrategia de tapering permite que el cuerpo complete su proceso de recuperación, restableciendo los niveles de energía y reparando los tejidos musculares dañados durante el entrenamiento intenso.

Al aliviar la fatiga acumulada, los deportistas llegan a la línea de partida en un estado de frescura física y mental, listos para rendir al máximo de sus capacidades.

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Estrategias de tapering

El tapering, como herramienta esencial en la preparación de atletas de élite, requiere de un enfoque meticuloso y personalizado para maximizar el rendimiento deportivo.

La efectividad de esta fase precompetitiva se fundamenta en la aplicación de estrategias específicas adaptadas a las necesidades individuales del deportista, la naturaleza de su disciplina deportiva y el contexto de su calendario competitivo.

Reducción del volumen de entrenamiento

Se trata de disminuir la cantidad de trabajo en las sesiones, manteniendo o incrementando ligeramente la intensidad. La meta es lograr un balance que permita la recuperación del atleta sin perder adaptaciones esenciales para el rendimiento.

Ajustes en la intensidad

Implica modificar el esfuerzo de las sesiones manteniendo el volumen constante en algunos casos. Esta táctica es crucial en deportes con alto riesgo de lesiones, buscando preservar la capacidad de esfuerzo y la agudeza neuromuscular del deportista.

Combinación de volumen e intensidad

Consiste en ajustar tanto el volumen como la intensidad del entrenamiento. Es una estrategia compleja que se personaliza según el deporte, el atleta, y el momento competitivo, apuntando a una recuperación óptima y la mejor preparación psicológica.

Personalización según el deporte y el atleta

La elección de la estrategia debe basarse en las demandas del deporte, las necesidades del atleta, y el calendario competitivo. Esto significa adaptar el tapering a la modalidad deportiva y las características individuales para maximizar el rendimiento.

Consideración de la duración de la temporada competitiva

La planificación del tapering debe tener en cuenta el calendario de competiciones. En temporadas largas, podrían necesitarse múltiples fases de tapering para asegurar el pico de rendimiento en los momentos claves.

¿Cómo planificar el tapering de forma adecuada?

La planificación del tapering es una faceta crítica de la preparación deportiva que demanda un enfoque meticuloso y altamente personalizado, reflejando la diversidad de disciplinas deportivas y las singularidades de cada atleta.

Una estrategia de tapering efectiva se fundamenta en la comprensión profunda de la fisiología del deporte, la psicología del atleta y el calendario competitivo específico.

Personalización según la disciplina deportiva

El impacto y la estructura del tapering varían considerablemente entre disciplinas:

  • Deportes de resistencia: En disciplinas como el ciclismo, la natación de larga distancia y el atletismo de fondo, la reducción del volumen de entrenamiento es primordial, manteniendo la intensidad para preservar las adaptaciones aeróbicas. La duración del taper puede extenderse de 2 a 3 semanas, permitiendo una recuperación muscular y sistémica profunda.
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  • Deportes de equipo: En deportes como el fútbol, baloncesto y rugby, el enfoque puede incluir una reducción moderada en el volumen y una alta atención en la intensidad y la agudeza táctica. La duración del taper suele ser más corta, alrededor de 1 a 2 semanas, enfocándose en la frescura física y la precisión en las habilidades.
  • Disciplinas de fuerza: Para deportes como la halterofilia y el lanzamiento de peso, el taper implica disminuir significativamente el volumen mientras se mantiene o incluso se aumenta la intensidad de esfuerzos máximos en sesiones clave para optimizar la neuromuscularidad y la potencia.

Factores críticos en la planificación

  • Periodización del entrenamiento: La inserción del taper debe alinearse con la periodización global del entrenamiento, asegurando que el atleta se encuentre en el pico de su capacidad física y psicológica en el momento óptimo.
  • Necesidades individuales del atleta: Considerar las características individuales, incluyendo la capacidad de recuperación, experiencias previas con el tapering y las preferencias personales, es crucial para ajustar la duración y la intensidad del taper.
  • Competencias clave: La planificación debe orientarse hacia el pico de rendimiento para las competiciones más importantes del calendario, permitiendo múltiples ciclos de tapering si el calendario lo exige.

Ejecución y monitoreo

  • Ejecución flexible: La aplicación del programa de tapering debe ser flexible, permitiendo ajustes basados en la respuesta del atleta, los signos de fatiga, y los indicadores de rendimiento.
  • Monitoreo continuo: La evaluación continua del bienestar físico y psicológico del atleta, junto con mediciones de rendimiento, son esenciales para afinar el proceso de tapering y garantizar su efectividad.

Consideraciones nutricionales durante el tapering

La etapa de tapering no solo exige una planificación meticulosa del entrenamiento, sino también una estrategia nutricional optimizada que respalde los objetivos de recuperación y rendimiento máximo.

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Además, los ajustes en la dieta son cruciales para complementar la reducción en el volumen e intensidad del entrenamiento, asegurando que el atleta se encuentre en su mejor estado físico y mental para competir.

Hidratación estratégica

La hidratación juega un papel vital en la preparación del atleta, influyendo directamente en la función muscular y el rendimiento cognitivo. Durante el tapering, es esencial mantener una hidratación adecuada, ajustando la ingesta de líquidos a las necesidades individuales y al menor volumen de entrenamiento.

La monitorización de la coloración de la orina y el peso corporal puede servir como guía para asegurar una hidratación óptima.

Gestión óptima de carbohidratos

A medida que disminuye la demanda energética por la reducción del entrenamiento, la gestión de la ingesta de carbohidratos se vuelve crítica. El objetivo es maximizar las reservas de glucógeno muscular y hepático sin promover un aumento de peso no deseado.

Esto implica ajustar la cantidad de carbohidratos según la intensidad y el volumen restante de entrenamiento, con un enfoque en carbohidratos complejos y de bajo índice glucémico para promover una liberación sostenida de energía.

Importancia de las proteínas

Las proteínas son esenciales para la reparación y el mantenimiento del tejido muscular durante el tapering. Una ingesta adecuada ayuda a asegurar que los procesos de recuperación muscular se optimicen en preparación para la competencia.

 La distribución equitativa de la proteína a lo largo del día, enfocándose en fuentes de alta calidad como carnes magras, pescados, legumbres y productos lácteos, puede facilitar la síntesis de proteínas musculares y la reparación de tejidos.

Micronutrientes y suplementos

La atención a la ingesta de vitaminas, minerales y ciertos suplementos puede respaldar la salud general, la recuperación y el rendimiento del atleta.

Los antioxidantes, como la vitamina C y E, y minerales como el hierro y el magnesio, juegan roles significativos en la protección contra el daño oxidativo y la mejora de la función muscular.

La suplementación debe considerarse cuidadosamente y personalizarse según las necesidades individuales y las recomendaciones de un profesional de la salud o nutrición deportiva.

Ajustes precompetitivos

En los días previos a la competencia, la estrategia nutricional puede incluir un enfoque específico en la carga de carbohidratos, ajustando la ingesta para maximizar las reservas de glucógeno. La planificación de las comidas precompetitivas y la elección de snacks y líquidos deben orientarse a minimizar el riesgo de malestar gastrointestinal, asegurando que el atleta se sienta cómodo y energizado.

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